domingo, 12 de mayo de 2013

La cara oculta de la comida

¿Sabes de donde viene tu comida?
Miles de animales son condenados a una vida sin posibilidades, encerrados a oscuras esperando su cruel destino, simplemente para llegar a tu plato. ¿Merece la pena comer carne y pescado?, no critico a quien lo come, ya que muchas personas piensan que solo se pueden obtener los nutrientes necesarios para subsistir comiendo proteínas de origen animal, realmente esto no es cierto pues, existen muchísimas alternativas nutricionales procedentes de los vegetales que cumplen igual función.

La cuestión, es, que me gustaría que al ver este documental, os preocupeis por el origen de vuestras comidas, por la vida y la muerte que han tenido y reflexioneis.

Podemos reducir el consumo de carne y pescado, de hecho, reducir el consumo de carne supone algo positivo para nosotros, ya que sus numerosas toxinas son las causantes de muchas enfermedades de civilización como los tumores, por no hablar de las grasas que en exceso son también perjudiciales para nuestra salud.

Muchos de vosotros pensareis que el ser humano es un ser racional y compasivo, yo, estoy perdiendo la esperanza en la especie humana, viendo estas cosas, me pongo a pensar en que el único animal irracional es el hombre ¿Cómo puede ser capaz un ser vivo de infringir tanto dolor injustificado a otro? , ¿Acaso vemos en el reino animal otra especie semejante a nosotros?, después de ver este corto documental, me entristece cada vez más ver como el ser humano es un asesino en potencia, como puede ser capaz de asesinar de una forma tan vil y sanguinaria a una pobre criatura que la única culpa que tiene es haber nacido cerca de los humanos, cerca de los mayores asesinos del planeta.

Siento rabia, siento odio, siento desesperación, ¿cómo podemos llegar a tal punto?, ¿cómo podemos dormir por las noches sabiendo que esto está ocurriendo?. Soy consciente de que en muchas ocasiones es mejor vivir en la ignorancia, de hecho, yo, no hace tanto que he despertado de un largo letargo en el que no conocía la existencia de esta realidad, o tal vez, no deseaba conocerla.

A) ¿Sabes de donde ese pollo que vas a cenar?
b) Déjame... que me vas a amargar la cena.

¿Cuántas veces habremos escuchado esto?, el problema es, que no queremos saber, que no queremos conocer la asquerosa realidad, que preferimos pensar que la carne que llega a nuestra mesa en verdad no es un animal, que no ha tenido nunca familia, que no ha tenido sentimientos, no ha sufrido, no ha tenido miedo, no ha disfrutado estando junto a sus hermanos, y no ha temido el momento en que le separaban de ellos y de su mamá, que no ha mirado por esos barrotes pensando en que algún día tendría esa ansiada libertad que todo ser vivo desea.
Viendo estas imágenes, podemos observar como estos pobres seres vivos se deben resignar a la voluntad humana, como su vida no es considerada como tal, como el ser humano se aprovecha de su "gran poder" ¿y eso es inteligencia?, ellos nunca lo harían ¿por qué nosotros sí?. Un día la naturaleza se revelará contra todas estas injusticias y entonces... ¿Qué les quedará a los seres humanos? resignarse, llorar por todos los errores cometidos.

Por favor, planteate de donde viene tu comida, se consciente, sé que no agrada a nadie ver estas imágenes pero son la realidad de millones y millones de criaturas secuestradas por el hombre para servirle, para llegar hasta tu mesa. ¿Merece la pena?






Soraya R. Oronoz

2 comentarios:

  1. Cruel destino al que condenamos a estos animales para cubrir nuestras necesidades, por unos minutos de decir que buena estaba la cena, ellos pasan toda su vida martirizados y acaban de la forma más dolorosa posible su miserable vida...T_T

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  2. Sí, así es... yo no digo que la gente deje de comer carne pero me gustaría que al menos sepan de donde procede y sobre todo que se luche por que la vida de estos animales destinados a un cruel destino sea digna y su muerte también, una cosa es matar por necesidad, cosa que se puede observar usualmente en la naturaleza y otra cosa es asesinar por saciar a una población insaciable.

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