Cuando el motivo y el objetivo es más grande que tú mismo, decides dejar todo de lado por su consecución.
He estado mañana y noche en la biblioteca, horas frente a los libros, días de comprensión, interiorización y memorización. Cinco meses apartada de mis amigos, sin salir y a penas sin dormir y todo, por un fin. Me puse cerebro a la obra para cumplir mi sueño, estudiar veterinaria en Madrid.
Decidí que, pese a que este curso fue confuso y deje la carrera, mi destino es ayudar a los más necesitados, a los más vulnerables de este planeta, los animales no humanos. Se que el camino será tortuoso y que encontraré muchas piedras en el camino pero, nada que no pueda sortear con un poco de equilibrismo y con mi notable cabezonería.
Dado que mis recursos económicos en este momento son más bien irrisorios, no creo que me pueda permitir estudiar fuera de Madrid por lo que he puesto todo mi esmero en conseguir la notaza que se requiere para entrar en la Universidad Complutense de Madrid para el grado en veterinaria.
No se si conseguiré superar la nota de corte de este año que, a voz de pronto calculo que estará sobre el 11,20 pero, desde luego, no me he quedado de brazos cruzados llorando por la dificultad de la tarea.
El pasado día 12 de Junio, me presenté de nuevo a la PAU, únicamente me examiné de biología para subir nota ya que necesito sumarle a mi presente calificación (9,705) al menos 1,495 puntos para asegurarme la entrada al paraíso, para lo cual, debería sacar mínimo un 7,5.
Después del esfuerzo realizado, llegó el día del examen, la noche anterior no pude dormir de los nervios y ahí estaba, frente a mi destino, cinco preguntas que moldearían mi futuro. A decir verdad, salí de la prueba emocionada por que, pese a que un ejercicio no lo había realizado correctamente, pensé que me salió bastante bien y que las posibilidades de cumplir mi sueño estaban en proceso de incrementarse.
Todavía faltan 7 días para poder saber el resultado del maldito examen, lo cual me pone histérica, nerviosa, impaciente y colérica pero qué le vamos a hacer, debo esperar. Tengo muchas ganas de saber la nota pero a la vez miedo por si mi esfuerzo ha sido aún insuficiente.
Mi destino es ayudarles y os aseguro que tarde o temprano lo conseguiré, si me tengo que ir de Madrid nuevamente con 2 euros pues lo haré, pero, como ya dije, cuando los motivos son más grandes que tu propio bienestar, ya puede nevar, tronar o haber un huracán que lucharás por ello hasta el final.
Quiero pensar que algún día, cuando mire hacia atrás y observe el camino que he tenido que cruzar, me sentiré orgullosa, que cuando esté operando a un animal herido, siga sintiendo ese impulso que me obliga a continuar.
A continuación os dejo un vídeo que personalmente me ha dado muchas fuerzas para continuar, espero que os guste.
Soraya R. Oronoz
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