¿podría el hombre descender del cerdo?

Tal vez. algunos piensen que no estoy en mis cavales pero hoy, quiero proponeros una nueva teoría de la evolución.

En primer lugar, quiero destacar el hecho, de que, el ser humano, por muy superior a otros seres que se piense, es tan parecido genéticamente a otros animales que asusta, en primer lugar, respecto a la semejanza genética con el chimpancé, compartimos un 99% de código genético, con los cerdos un 98%, con los ratoncitos un 90% e incluso con las levaduras un 30%.

Mi teoría se basa en que el ser humano proviene del cerdo, es cierto que nuestra semejanza con los primates es bastante notoria, pero solo un 2% de nuestro ADN nos diferencia del cerdo (según recientes estudios científicos).
Darwin podría tener razón pero, también podría haberse cegado por el parecido aparente más que por el real y ¿todo es genética?
Realmente me hace pensar mucho el hecho de que la ciencia use corazones de cerdo, válvulas cardiacas, insulina y otras sustancias del cerdo para beneficio del ser humano y no del chimpancé porque... si tan parecidos somos a los segundos ¿por qué utilizar en medicina humana sustancias menos compatibles con el hombre?

Existen más semejanzas entre el ser humano y el cerdo que entre ratas y ratones, compartimos más de un 98% de genes y son miles los estudios que se han llevado a cabo para concluir en qué nos parecemos a estos estupendos seres, eminencias como el doctor Mc Carthy, un reputado genetista de la universidad de Georgia, sostuvo que el hombre es un cruce entre chimpancé y cerdo, dada su gran similitud con ambas especies. Para ello, realizó diversos estudios y argumentó algunas de las más marcadas semejanzas entre suidos y humanos, por ejemplo, la piel "sin pelo", una gruesa capa de grasa subcutánea, una nariz sobresaliente, pestañas pesadas, tipo de inteligencia, capacidad de abstracción mental...

Nuestro parecido con el cerdo, es tan grande que, en la actualidad se utilizan tejidos de la piel de cerdo, diversas sustancias y válvulas del corazón en medicina humana.

¿Comprar o adoptar?

Es primavera, época de plantearnos que lleguen a casa hermosos y tiernos cachorritos, un perrito, un gatito o tal vez un conejo, un pájaro....

Muchos ciudadanos ni tan siquiera conocen la opción de adoptar a su futuro compañero, miles de animalitos, están esperando una segunda oportunidad. Entre las rejas de las tenebrosas perreras o de los no tan tenebrosos refugios o centros de acogida, esperan inquietas muchas almas esperando tener esa oportunidad para vivir. Perros y gatos ancianos abandonados, los caprichos de navidad que ya han crecido y no son bienvenidos en sus casas, amigas perrunas y gatunas embarazadas o con sus crías, conejitos con sarna, cerditos vietnamitas que dejaron de ser tamaño mini para pasar a su tamaño real...

Podemos encontrar una inmensa cantidad de historias impresionantemente tristes tras de las rejas de estos lugares pero, lo mejor de todo es, que podemos dar una segunda oportunidad a unos seres inocentes que ante todo, merecen respeto y admiración.

Un lugar llamado arcoiris

Hoy es un día agridulce para mí. Agri- porque se nos ha ido Dado, nuestro pequeño ratito y dulce porque hace exáctamente un año, decidí dejar de comer animales.

Dado, era un ratito guapo, educado y cariñoso, hoy, decidió que era su hora. Se ha quedado dormidito para siempre, entre mimos y entrecortada respiración ha captado su última imágen, su mirada se ha quedado vacía, ya no está con nosotros. Se ha ido con us papás Miko y Pekari y, junto a todos sus hermanitos.

La vida es sagrada, todo ocurre tan rápido, un abrir y cerrar de ojos y, la última imágen capturada quedará retratada en tus pupilas eternamente. Hoy estás y mañana no...

Si algo he aprendido tras estos años acompañada de mis queridas ratitas, ratitos y ratoncitas y de mis gatos es sin duda a valorar la vida, a saber que todos sentimos, que cada minuto que pasamos junto a nuestros seres queridos es un regalo, que todo es efímero, nada es permanente salvo el amor y el respeto.

Aquí podéis ver una foto de pekari (la mamá de Dado) y de sus hermanitos: